CATALUNYA.-La recogida selectiva sube al 38% en el área metropolitana que sigue con la media más baja

BARCELONA, 30 (EUROPA PRESS) La media de recogida selectiva de residuos subió dos puntos hasta el 38% en la región metropolitana de Barcelona durante 2018, situándose como el territorio catalán que menos recicla a través de los diferentes contenedores en el territorio catalán, que cuenta con una media del 42%. Lo revelan datos presentados este miércoles por el director de la Agència de Residus de Catalunya (ARC), Josep Maria Tost, en una jornada en el Palau Robert de Barcelona en que ha destacado el avance de la media del 36,1% de 2017 al 38% de 2018, si bien ha lamentado que "la cifra está lejos todavía" de la media catalana y del objetivo europeo del 50% para 2020. Tras ver con buenos ojos que los datos mejoran en todas las comarcas, ha evidenciado que la que más residuos domésticos ha recogido de forma selectiva en este ámbito continúa siendo el Maresme con un índice del 45,3%, después del 43,63% del año anterior. Asimismo, tres comarcas --el Baix Llobregat, el Alt Penedès y el Maresme-- superan la media catalana de recogida selectiva, según los datos de 2018 en que se generaron 2,4 millones de toneladas de residuos municipales en la región metropolitana con una generación por cápita de 1,3 kilos por habitante y día, por debajo de la media catalana de 1,43. Tost ha evidenciado que la población de las comarcas que integran este ámbito formado por 23 municipios es de unos cinco millones de habitantes, lo que representa más del 67% de la población catalana, por lo que mejoras en esta zona revertirían en el conjunto de la media catalana. En Barcelona, la media se sitúa en el 38%; mientras que en L'Hospitalet de Llobregat, en el 24,6%; en Terrassa, el 38,5%; en Badalona, el 27%, y en Sabadell, el 33,6%. "VOLUNTAD POLÍTICA" Tost ha defendido la necesidad de crear "voluntad política" para alcanzar mejores medias de reciclaje, y ha negado que existan ciudades difíciles para alcanzar estos retos. El director de la ARC ha defendido que el reciclaje debe ir a la par de un cambio social y productivo, para que "no todo recaiga en las espaldas del consumidor". IMPLICACIÓN LOCAL Para conseguir cambios políticos en el ámbito municipal ha considerado clave la consecución de pliegos ambiciosos y flexibles, ordenanzas fiscales y un acompañamiento a pie de calle frente a bares y mercados. Después de situar el reciclaje orgánico como el eslabón más débil de la cadena, ha subrayado: "Hay mucho que hacer y sin una buena orgánica no conseguiremos los objetivos comunitarios". También ha insistido en la consecución de una futura ley de residuos en 2020 con un texto articulado definitivo que pueda ver la luz el próximo año en la Cámara catalana.